Desconectarse

Solo por un momento.

Vivimos en un mundo hiperconectado, lo sabemos bien, dependemos de eso para que nuestra sociedad funcione tal y como la conocemos. Vale la pena preguntarse ¿Qué pasaría si no existiera este tipo de conectividad? La respuesta a esta interrogante es compleja, podríamos seguir existiendo, pero los negocios y el nivel de productividad alcanzado gracias a las tecnologías de la información son el pilar de la sociedad moderna.

Entonces, las próximas generaciones seguirán con esto que empezó hace pocas décadas y que es impensable dejar de lado. De repente, hay un pequeño espacio en nuestras vidas sin el smartphone, se acaba la batería, estamos en un lugar con poca cobertura, o simplemente queremos olvidarnos de todo un momento. Muchas veces ese espacio de tiempo puede resultar de completa ansiedad hasta volver a tener ese pequeño rectángulo interactivo en la mano.

En la actualidad y más con la pandemia en curso, se acentuado el derecho a la desconexión digital. Existen diversos estudios que señalan que la productividad de muchas empresas ha aumentado debido al uso de tecnologías que son parte de nuestra vida cotidiana. Esto ha permitido en la mayoría de los casos, que la oficina no sea solo un espacio físico en algún edificio determinado. La oficina está en todos lados, incluido nuestro hogar.

Ese espacio que antes era sagrado, ha sido invadido con una fuerte presencia. Las noticias, la televisión, el álbum de fotos y toda la gama de servicios digitales que consumimos para uso personal, mezclado con las actividades laborales ha cruzado un límite difícil de dejarlo atrás. 

Si bien es cierto, hay que rescatar que muchas de las profesiones de esta época existen, precisamente gracias al uso masivo de servicios en un entorno digital. La tecnología como un medio para hacer más fáciles las cosas, es hoy en día una parte integral de la humanidad, no podemos rechazarla. Lo que si podemos y debemos hacer es tener espacios de desconexión, y que estos sean garantizados por los estados como un derecho más. 

Existe legislación vigente en varios países; en Europa: España, Francia y Bélgica como ejemplo, que garantizan los derechos digitales de los trabajadores a la desconexión digital. Sin embargo es importante  tener en cuenta que en el ámbito personal nos merecemos momentos para descansar, mirar alrededor y no tener la necesidad de un dispositivo electrónico para disfrutarlos.

La tecnología ha permitido acortar las distancias entre personas. Ese mundo digital de videollamadas y chats que nos hacen muchas veces perder la noción del tiempo. Generando cada día más y más datos a grandes industrias de Inteligencia Artificial, para ayudarnos a elegir mejor los productos que venden sus anunciantes, y eso suena genial!

Pero, aunque sea por un pequeño espacio de tiempo, escuchemos a nuestros hijos llamando, sin necesidad que en ese preciso instante un tweet o post de cualquier red social nos sumerja muy profundo, tanto que no nos deje escuchar ese llamado especial. Tal vez cuando emerjamos, esa voz habrá cambiado de tono y ellos harán lo mismo con nosotros!


 

 



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